Descubre los testimoniales de personas que tuvieron problemas de fertilidad
y encontraron alivio y ayuda en las terapias naturales, y/o el apoyo emocional y psicológico.

 

Natalia (Barcelona)

Me siento muy agradecida por formar parte del grupo de Yoga Fertilidad de She Oak, que todas las semanas nos invita a compartir juntas un espacio de paz, respeto y energía positiva para ser nosotras mismas, conocer mejor nuestro interior, relativizar nuestro día a día y en definitiva disfrutar del camino por la vida, sea cual sea el destino. El grupo de yoga y las profesoras son mucho más que la suma de cada una de nosotras.

Muchas gracias She Oak por toda la energía, tiempo y amor que habéis puesto en ello para hacerlo posible.


 

Solenn (Paris, actualmente en proceso FIV en Barcelona)

Mi marido y yo llevamos casi 9 años queriendo tener un bebé. Después de 3 inseminaciones y 4 FIV en 3 años en París, la responsable del laboratorio de nuestra clínica nos recomendó ir a España, donde las técnicas son más exhaustivas y donde se puede hacer un diagnóstico genético de los embriones. Mi naturópata, especializada en maternidad, me puso en contacto con la asociación She Oak.

Desde el primer contacto, la asociación She Oak nos ayudó muchísimo. Primero porque supieron informarnos sobre el dispositivo médico en España y las diferencias de protocolo con Francia, y tranquilizarnos sobre la reputación de la clínica que nos había sido indicada. Luego, porque nos encontramos mi marido y yo en otro país, en una cuidad desconocida, con otra lengua, fuera de nuestra zona de confort.

Que cómodo fue tener a la asociación She Oak para ayudarnos en el alojamiento, ponernos en contacto con terapeutas especializados (acupuntor, masajista) e informarnos sobre hoteles y lugares de relax – para hacer que nuestra estancia sea algo más festiva y no se limite a temas médicos.

Y qué alegría saber que, cada vez que aterrizamos en el aeropuerto de Barcelona, tenemos a una persona de corazón que siempre estará allí para guiarnos, ayudarnos y darnos la bienvenida.

De verdad, es un apoyo extraordinario para alguien que, como yo, llega agotada por un largo y difícil proceso en Francia, y necesita más energía, confianza y serenidad para la última línea recta.

(…)

Mis consejos para alguien que inicia un proceso de reproducción asistida:

1/ No calcular, no pensar en «cuándo por fin esté embarazada» – sino más bien estar en el «¿cómo puedo vivir esta aventura de la mejor manera posible? »

2/ Permitirse momentos de bienestar y de reconexión con el cuerpo. Los masajes y las sesiones de acupuntura son gastos adicionales, pero valen la pena: nuestro cuerpo está sujeto a mucha tensión, fatiga y productos químicos en alta dosis; se merece una ayuda para relajarse y detoxificarse durante esta maratón.

3/ Mi último consejo sería hablar del proceso y de sus dificultades: es verdad que el tema es todavía un poco tabú, pero no se puede guardar todo este dolor para sí mismo, hay que abrirse.


 

Marie (Barcelona, madre de 2 niños concebidos por FIV – ICSI) 

Me acuerdo perfectamente el momento en que aprendí que no podríamos tener une bebe de manera natural. Estaba desesperada, incrédula, y sobre todo enfadada: porque me pasaba a mi, que desde pequeña solo quería una cosa, ser madre?

Quise empezar enseguida los tratamientos para un primer proceso de FIV – ICSI, pero los sentimientos negativos eran tan aplastantes que viví muy mal cada etapa del proceso. No quisimos comentarlo con nuestro entorno y no conocíamos a nadie en esta misma situación que pudiera entender lo que sentíamos (al contrario, parecía que todos a nuestro alrededor conseguían embarazo al primer intento!). Por consecuencia, nos sentíamos solos frente a los tratamientos, el miedo y la angustia. Tenía regularmente crisis de ansiedad. Sentía celos hacía todas las amigas o familiares que me anunciaban su embarazo- y a la vez, me sentía culpable por tener estos sentimientos.

La primer FIV-ICSI fue un fracaso y me hundí. Pero después de un par de meses decidí tomar las riendas de la situación y pedir ayuda a profesionales, para prepararme lo mejor posible al siguiente proceso. Hice ejercicios sesiones regulares de acupuntura (mi marido también), osteopatía, masajes Shiatsu y aprendí a relajarme con la respiración. Aunque el miedo y la angustia estaban todavía presentes, conseguí gestionarlos mejor, relajarme físicamente antes de cada inyección, y preparar mi cuerpo y mi mente al proceso.

Un año más tarde nació nuestro primer bebé, seguido 2 años más tarde por su hermanita, también por proceso FIV-ICSI.


 

Delphine (Paris, madre soltera por FIV)

Tengo 40 años y estoy embarazada de 3 meses. Fue la 3ª In Vitro en menos de un año. Los 2 primeros procesos no funcionaron, y antes de esto había hecho 2 procesos de congelación de ovocitos porque los médicos me habían dicho que tenía reservas muy bajas. Esta convencida que la única manera de seguir adelante era de creer que funcionaría a la primera. Y me sentí muy decepcionada y perdida cuando aprendí que no había sido el caso. Una cosa que me ayudó mucho entonces fue hablar con amigos que habían vivido lo mismo y para quien había funcionado. Fue solo durante el tercer proceso de FIV que decidí pedir ayuda, porqué estaba perdiendo la esperanza. Lo hice todo: sesiones regulares de acupuntura, yoga terapéutico (que sigo haciendo y que he hecho mucho entonces, incluso las mañanas de la punción y del transfer!), osteopatía (tanto interna como externa), naturopatía (tomando suplementos y haciendo dieta especial) y durante el último mes vi a mi psicólogo cada semana. Seguí haciendo todo esto hasta el test de embarazo y todavía estoy en contacto con todo este equipo que me ha ayudado. Estoy segura que estos métodos  tuvieron un peso importante en el éxito. Ahora estoy convencida de la necesidad de encontrar métodos que te ayuden a tranquilizarte, y de la eficacia de la acupuntura en los procesos de reproducción asistida.


Alexandra (preservación de la fertilidad)

Tengo 31 años y el año pasado, cuando todas mis amigas ya eran madres o se estaban preparando para serlo, me detectaron, en Barcelona, una reserva ovárica muy débil.
Lo que significó para mí: si quiero un hijo es ahora, pero en 3 años puede que sea demasiado tarde.
Mi médico, conociendo mi deseo de tener un hijo, pero entendiendo mi situación (soltera), me aconsejó vitrificar mis ovocitos.

Así que volví a Francia para obtener una segunda opinión, en cuanto a la lectura de mis análisis, que fue similar. También me informaron que la preservación de la fertilidad en mujeres de mi edad está prohibida en Francia y los médicos no tienen ninguna solución a ofrecer para las pacientes como yo.

Así que realicé la vitrificación en Barcelona, ​​estando bien acompañada por los médicos y encantada de haber tenido acceso a esta opción pero sintiéndome muy sola.

De hecho, leyendo diferentes testimonios, he descubierto que muchas mujeres lo hacen como etapa previa a una FIV o lo hacen alrededor de los 37 años por el tic-tac del reloj biológico, pero son raras las mujeres que lo hacen a mi edad en las mismas circunstancias.

Más allá de la presión social que de repente he tenido que sostener a diario, me siento aliviada de poder considerar la maternidad, tal vez en 6 años.

Así que he dejado mi vida social en espera durante 1 mes entre reuniones, inyecciones y acepto el hecho de tener que hacer esto en el caso de que …
No me arrepiento de nada y espero no necesitar usarlos, pero me ayuda saber saber que están ahí por si alguna vez los necesite.